Prevención de cáncer de mama

La Prevención del cáncer de mama se basa en la detección temprana y la adopción de hábitos saludables.

Es fundamental realizar autoexamen de mama mensualmente, preferible unos días después de la menstruación, cuando las mamas están menos sensibles. Se recomienda realizar una mamografía anual a partir de los 40 años o antes si hay factores de riesgo.

Una dieta equilibrada rica en nutrientes, como frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras, que ayuda a mantener un peso saludable y a evitar la obesidad, un factor de riesgo conocido.

Evita el uso prolongado de hormonas. Practicar ejercicios regularmente, al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, la actividad física está asociada con una reducción del riesgo de varios tipos de cáncer, incluido el de mama. Evita el consumo de alcohol y tabaco, son claves para reducir el riesgo.

La lactancia materna no solo ofrece beneficios para el bebé, sino que también puede tener un efecto protector para la madre, reduciendo el riesgo de cáncer de mama ya que ayuda a regular los niveles hormonales. Adoptar estos hábitos saludables no solo beneficia la salud del seno, sino que también promueve un bienestar general.

Conocer el historial familiar de cáncer de mama es fundamental para identificar a aquellas personas que pueden estar en mayor riesgo. La presencia de casos de cáncer de mama en familiares cercanos, como madres, hermanas o abuelas, puede indicar una predisposición genética. Además, existen pruebas genéticas que pueden identificar mutaciones en genes específicos, que están asociadas con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovario.

El conocimiento del riesgo genético puede proporcionar tranquilidad y permitir a las personas participar activamente en su salud. Una estrategia de prevención puede ser mucho más efectiva, ayudando a detectar el cáncer de mama en etapas más tempranas o incluso a prevenirlo por completo.

Dr. Luis Péndola, Mastólogo

CENONI

Centro Oncológico Integral

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